Soy el que sabe
que no es menos vano
que el vano observador
que en el espejo
de silencio y cristal sigue el reflejo
o el cuerpo (da lo mismo) del hermano.
Soy, tácitos amigos, el que sabe
que no hay venganza
sino saber perdonar.
Un DIOS ha concedido
al humano esta curiosa llave.
Soy el que pese
a tan ilustres modos de errar,
ha encontrado el laberinto
singular y plural,
arduo y distinto del tiempo,
que es uno y es de todos.
Sin el soy nadie,
eco, olvido, nada.
Pero un cosa solo se...
es que soy un hijo de DIOS